Necesitaremos:
Soldador y soporte
Estaño plata (2'0 mm de diámetro)
Estaño de electrónica (1 mm de diámetro) para las soldaduras.
Tenaza y alicates de punta y de corte fino.
Martillo pequeño y tas (yunque de platero para alisar el estaño)
Adornos (cuentas de cristal, bolas, piedras de colores)...
Comenzaremos sacando la plantilla del modelo elegido, con dibujar la mitad vale, la otra mitad será simétrica. Tomamos la medida o el contorno de nuestra cabeza (cada corona debería ser de uso personal, pues no todos tenemos la misma medida del coco y si la ponemos en otra cabeza más grande podria deformarse o romperse al intentar meterla. Recordar que el estaño es muy blando y puede doblarse o cortarse).
Hacemos el boceto sobre una hoja o carton (en blanco se ve mejor) lo suficientemente grande como para que de para todo el contorno de la cabeza (yo utilicé la parte trasera de la hoja de un calendario gigante). Partiendo del centro de la frente hacia la parte trasera plasmamos el dibujo a lápiz y luego a rotulador una vez conseguida la forma deseada. Marcamos bien dónde van las curvas y, muy importante, en los puntos de cruce tener muy claro dónde pasa el estaño por encima o por debajo para repetir en el lado opuesto, asi el efecto es mucho más real y auténtico.
Duplicamos el dibujo calcandolo simétricamente hacia el otro lado.
Una vez tegamos la base del trabajo comenzaremos a cortar piezas de estaño según el largo deseado, la longitúd variará en función de la pieza que vayas a montar. La colocas sobre el dibujo y con la tenaza vas curvandola hasta alcanzar la forma. Si la pieza acaba en una forma plana más ancha deberemos aplastarla con el martillo con cuiddo hasta conseguir el efecto deseado.
Esto es delicado ya que es muy blando y al aplastar el estaño éste se deforma y se alarga en los extremos, por lo que el resultado será una pieza más larga y luego no encaja en el dibujo, mejor empezar por este lado y dejar que se estire, siempre es mejor cortar un extremo.
Moldeando las piezas.
Soldando las piezas
Fijaremos la parte central de la frente con un pequeño arco para dar más firmeza, dentro incrustaremos una piedra brillante con forma de lágrima y bordes dorados (la conseguí desmontando unos pendientes antíguos de esos que sabes que ya no te vas a poner, en los chinos además hay muchos donde elegir).
Soldando la piedra brillánte en el centro para la frente.
Continuamos con un lateral completando las soldaduras a un lado y a otro del dibujo, hasta que no nos quede ninguna pieza.
Entonces levantamos el conjunto (con mucho cuidado porque ahora es una pieza muy delicada y larga), nos la colocamos en la frente y comenzamos suavemente a doblarla adaptándola a nuestra cabeza rodeándola poco a poco (despacio con las dos manos a la vez).
Probablemente en este punto haya que hacer algún retoque, la medida inicial de nuestra cabeza es aproximada, ahora veremos qué hacer. En mi caso quería que ajustara un poco inclinada hacia atrás con lo que había más contorno y no cerraba, por lo que tomé una pieza de estaño y la soldé uniéndo ambas partes y cerrando el conjunto.
Este es el resultado.
Ahora bien, en este punto vamos a darle un retoque personal. De los adornos que saqué de los pendientes había un par de bolas de cristal brillante exáctamente iguales a la lágrima central, asi que las soldé en los laterales de la frente para que se vieran y diera un toque más bello aun.
Y así quedó:
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